Embárcate en un viaje mágico a través de la deslumbrante región de la Provenza, un lugar donde los paisajes cautivadores, los aromas embriagadores y los colores vibrantes se combinan en una sinfonía de belleza. Te invito a explorar los rincones más encantadores de esta región francesa llena de encanto y a disfrutar de la luz y el color que la caracterizan.
Aix-en-Provence
Descubramos Aix-en-Provence, una ciudad de luces doradas y fragancias de lavanda que parece haber sido sacada de un cuadro impresionista. Desde sus calles empedradas y sombreadas por plátanos, hasta sus bulliciosos mercados y sus fascinantes sitios históricos, hay mucho que explorar en este rincón único de la Provenza.
Comenzamos nuestro tour en el corazón de Aix, en el majestuoso Cours Mirabeau. Esta elegante avenida, delineada con cafés llenos de vida y boutiques chic, es el centro de la ciudad. Las estatuas del rey René y de Mirabeau dan la bienvenida mientras te sumerges en una sinfonía de voces, risas y tintineo de tazas de café.
Caminando por la Rue Gaston de Saporta, nos encontramos con la magnífica Cathédrale Saint-Sauveur. Su mezcla arquitectónica de estilos gótico, románico y barroco es un testimonio de los siglos que ha vivido. Pero es en el interior donde realmente te deja sin aliento, con su tranquila belleza y el aroma del incienso que impregna el aire.
Desde aquí, nos desviamos por las calles estrechas y serpenteantes del Vieil Aix, donde cada rincón es una joya por descubrir. Aquí, en la Place des Tanneurs, los edificios pintorescos albergan pequeñas tiendas de artistas locales y panaderías que ofrecen los famosos calissons d’Aix, dulces de almendra y melón confitado.
Aix también es una ciudad de fuentes. La fuente de La Rotonde, con sus esculturas de leones y cisnes, y la Fuente de los Cuatro Delfines en el Quartier Mazarin, son dos de las más emblemáticas. Sus sonidos calmantes y su frescor son un respiro en los cálidos días provenzales.
No podemos olvidar el legado de Paul Cézanne en Aix. Visita su taller, el Atelier Cézanne, donde podrás ver sus pinceles y colores, prácticamente intactos desde que el maestro los dejó por última vez. Desde allí, sube a la montaña Sainte-Victoire, una de las musas más queridas del pintor, y déjate impresionar por el paisaje que tanto inspiró a Cézanne.
No puedes dejar de visitar el Marché aux Fleurs, un mercado de flores que florece con colores vibrantes y fragancias dulces todos los días en la Place de l’Hôtel de Ville.
La Provenza es famosa por sus lavandas, y aquí podrás encontrar ramos de esta flor emblemática en todos sus matices de púrpura.
Aix-en-Provence es más que una ciudad, es una experiencia que toca todos los sentidos.
Es un lienzo de colores vibrantes, un concierto de sonidos alegres, un perfume de flores y especias, y una sinfonía de sabores inolvidables. Déjate llevar por el encanto de la Provenza y ven a descubrir este rincón de Francia que te robará el corazón.
Gordes
Continuaremos nuestro camino hacia el pueblo de Gordes, una joya en lo alto de una colina. Al acercarte, quedarás maravillado por su arquitectura de piedra y calles estrechas que serpentean entre casas encaladas. Desde lo alto, disfrutarás de vistas panorámicas de los valles y viñedos que se extienden a lo lejos, mientras el sol baña la escena en tonos dorados.
Valensole
No podemos dejar de visitar el famoso Campo de Lavanda de Valensole. Prepárate para sumergirte en un mar púrpura y llenarte de la fragancia embriagadora que emana de los campos interminables. Mientras caminas entre las filas de lavanda, la suave brisa acaricia tu rostro y te envuelve en una sensación de serenidad y armonía con la naturaleza.
Avignon
Nuestra siguiente parada es en la pintoresca ciudad de Avinhon (Aviñon), con su imponente Palacio de los Papas. Al caminar por las calles empedradas de la ciudad amurallada, sentirás la rica historia que se respira en el aire.
Avignon, una ciudad encantadora y llena de historia en el corazón de la Provenza. Con su patrimonio arquitectónico impresionante, sus calles de cuento y su vibrante escena cultural, Avignon tiene mucho que ofrecer a los amantes de lo auténtico y lo hermoso.
Iniciamos nuestro tour en el Palais des Papes, un majestuoso palacio gótico que sirvió de sede a los papas durante el s.XIV. Este coloso de piedra caliza blanca, con sus torres imponentes y sus amplios patios, evoca la opulencia de los tiempos medievales. Atrévete a recorrer sus laberínticos pasillos y salones ornamentados que aún resuenan con los ecos de la historia.
Desde el Palais des Papes, nos adentramos en las estrechas calles adoquinadas del centro histórico. Aquí, las casas de colores pastel se alinean en perfecta armonía, con ventanas de madera adornadas con geranios y buganvillas. Las boutiques de moda, los cafés bohemios y las galerías de arte dan vida a la Rue des Teinturiers, la arteria más pintoresca de la ciudad.
A pocos pasos de aquí, llegamos a la Place de l’Horloge, el corazón de Avignon. Sus cafés al aire libre y su animado carrusel la hacen el lugar perfecto para disfrutar de un croissant y un café au lait mientras observas el ajetreo de la ciudad.
No puedes dejar de visitar el famoso Pont d’Avignon, también conocido como Pont Saint-Bénézet. Aunque sólo quedan cuatro de sus arcos originales, este puente es uno de los símbolos más queridos de Avignon. Su melodía nostálgica, «Sur le pont d’Avignon», te acompañará mientras disfrutas de las vistas al río Ródano y a las murallas de la ciudad.
Para los amantes de la naturaleza, el Rocher des Doms es una visita obligada. Este parque verde, situado en la cima de una colina, ofrece vistas panorámicas de la ciudad, el río Ródano y el Mont Ventoux, la «Gigante de la Provenza». Aquí, los cipreses y los olivos crean un remanso de paz y frescor en medio de la ciudad.
Avignon es también un centro cultural, especialmente durante el Festival d’Avignon, cuando la ciudad se transforma en un gigantesco teatro al aire libre. Las calles se llenan de actores, bailarines y músicos, y las representaciones tienen lugar en todos los rincones, desde los palacios hasta las plazas.
Avignon es una ciudad que se vive y se siente con todos los sentidos. Es un viaje a través del tiempo, un festín para los ojos y un canto a la alegría de la Provenza.
Te invitamos a descubrirla y a dejarte seducir por su encanto único.
¿ Cansados o renudamos nuestro viaje?
Arles
Esta vez nos dirigimos hacia la encantadora ciudad de Arles, que cautivó al famoso pintor Vincent van Gogh. Sigue los pasos del artista mientras exploras los lugares que inspiraron algunas de sus obras maestras, como el Café Van Gogh y el Puente Langlois. Disfruta de los colores intensos y los paisajes que te rodean, y comprende por qué Van Gogh se sintió tan atraído por esta región.
No podemos dejar de mencionar el encanto de los mercados provenzales, donde los aromas y colores se mezclan en una experiencia sensorial única. Recorre los puestos de los mercados de Saint-Rémy-de-Provence y Isle-sur-la-Sorgue, llenos de productos locales frescos, artesanías y productos provenzales. Déjate seducir por los sabores de los quesos, las aceitunas y los vinos regionales, y lleva contigo un pedacito de la Provenza
Arles es un verdadero tesoro para los amantes de la historia y de la belleza arquitectónica. Aquí, el pasado romano se acerca de manera evocadora con la vibrante vida moderna, creando un mosaico fascinante de épocas y estilos.
Comencemos en el anfiteatro romano, el Arènes d’Arles, una majestuosa estructura ovalada con una capacidad de más de 20.000 espectadores.
Los rugidos de las bestias y los aplausos del público han sido sustituidos por la sonoridad y el viento que se filtra por los arcos de piedra, pero el lugar no ha perdido nada de su antiguo esplendor.
Desde el Arènes d’Arles, nos dirigimos hacia el Teatro Antiguo. Aunque sus asientos de piedra están ahora en ruinas, el escenario todavía se mantiene en pie, como si estuviera esperando que los actores vuelvan a llenarlo con la vida y la emoción de la antigua Roma.
Nuestro próximo destino son los Alyscamps, un antiguo cementerio romano fuera de las murallas de la ciudad. Aquí, entre los cipreses y las antiguas lápidas, se puede sentir la serenidad y la quietud que solo el paso del tiempo puede traer.
Por supuesto, un tour por la época romana no estaría completo sin una visita a los Thermes de Constantin. Estos antiguos baños públicos, con sus piscinas de agua fría y caliente, y su imponente sistema de calefacción, son un testimonio de la avanzada ingeniería romana y una verdadera delicia para los amantes de la historia.
Finalmente, visitamos el Musée départemental Arles antique. Este moderno museo alberga una impresionante colección de artefactos romanos, desde mosaicos detallados hasta estatuas de mármol, todos descubiertos en y alrededor de Arles. Aquí, cada objeto cuenta una historia, cada pieza es un fragmento del fascinante rompecabezas de la vida en la antigua Roma.
Arles es una ciudad donde el pasado y el presente se fusionan de manera única, donde cada calle, cada piedra, tiene una historia que contar.
Te invitamos a descubrir la rica historia romana de Arles y a sumergirte en su encanto atemporal.
Côte d’Azur
Continua este viaje de ensueño a través de la deslumbrante Côte d’Azur, donde el lujo, la belleza natural y los paisajes impresionantes se unen en una sinfonía de experiencias cautivadoras. Sumérgete en la magia de esta región y déjate llevar por sus encantos mientras exploras sus rincones más idílicos, te maravillas con su luz y te empapas de sus vibrantes colores.
Cannes
Siguiendo nuestro recorrido en la glamorosa ciudad de Cannes, donde el glamour y el lujo se fusionan con el resplandor del mar turquesa. Pasea por el célebre paseo marítimo del boulevard de la Croisette , rodeado de palmeras y boutiques de alta gama. Déjate seducir por la elegancia de los hoteles y disfruta de la brisa marina mientras admiras los yates de lujo que adornan el puerto.
Si tienes la suerte de visitar Cannes durante el famoso Festival de Cine, serás testigo de una experiencia única llena de celebridades y alfombras rojas.
Es uno de los festivales de cine más prestigiosos y reconocidos a nivel mundial. Se celebra anualmente, y su historia se remonta a 1946, cuando se celebró su primera edición tras la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, la idea del festival se concibió originalmente en 1939 como una respuesta a la influencia política en el Festival de Cine de Venecia.
El Festival de Cannes se ha convertido en un importante escaparate para el cine europeo, pero también acoge películas de todo el mundo. Se destaca por su sección de competencia principal, en la que se otorga la Palma de Oro a la mejor película. Esta es considerada uno de los premios más prestigiosos en el mundo del cine.
El festival es famoso por su alfombra roja, donde las estrellas de cine, los directores y los productores desfilan ante los fotógrafos y el público antes de la proyección de las películas. Es un lugar clave para la promoción de películas y un importante evento en el calendario social y cultural.
Además de la competencia principal, el Festival de Cannes también incluye otras secciones como «Un Certain Regard», que presenta películas con visiones y estilos únicos, la Quincena de Directores y la Semana de la Crítica, que se centran en descubrir nuevos talentos.
El festival también es famoso por su Mercado del Film, que es uno de los mayores mercados de cine en el mundo. Aquí, los productores, los distribuidores, los compradores y los programadores de festivales pueden encontrarse, negociar acuerdos y descubrir nuevos proyectos cinematográficos.
El Festival de Cannes no solo celebra el cine, sino que también fomenta el diálogo y el debate sobre el cine, la industria y los temas relacionados a través de sus conferencias y mesas redondas. Aunque se ha enfrentado a críticas y controversias a lo largo de los años, sigue siendo una de las citas más importantes y esperadas del mundo del cine.
Nice
El sol se levanta sobre Nice, bañando la ciudad en un dorado resplandor matutino. Las calles adoquinadas se despiertan, animadas por el aroma del café y los croissants recién horneados de las boulangeries locales. Bienvenidos a Niza, la reina indiscutida de la Côte d’Azur, la Riviera Francesa.
Comenzemos en el Vieux Nice, el casco antiguo de la ciudad. Aquí, las callejuelas estrechas y sinuosas, flanqueadas por edificios de colores pastel, rezuman un encanto de la vieja Europa. Los mercados al aire libre se llenan de vida, ofreciendo productos frescos, flores coloridas y auténticos souvenirs Niçois. La Cours Saleya, el mercado más famoso de Niza, es un deleite para los sentidos con sus colores, olores y sonidos.
Desde Vieux Nice, nos dirigimos hacia la Colline du Château, el antiguo emplazamiento del castillo de Niza. Aunque el castillo ya no existe, la colina ofrece unas vistas panorámicas impresionantes de la ciudad y del azul infinito del Mediterráneo. Aquí, puedes disfrutar de la brisa marina y la sensación de paz.
Descendiendo de la colina, llegamos a la Promenade des Anglais, la emblemática avenida de Niza que bordea la costa. Esta es la vena principal de Niza, donde locales y turistas se mezclan, disfrutando del sol, de la playa de guijarros y de las vistas al mar. No olvides hacer una parada en el icónico Hôtel Negresco, un edificio Belle Époque que alberga una impresionante colección de arte.
Concluimos en el Musée Matisse, un homenaje al famoso artista Henri Matisse que amaba Niza y vivió aquí durante muchos años. El museo, ubicado en una villa del s.XVII rodeada de olivos, alberga una impresionante colección de obras del artista, que capturan la luz y el color de la Riviera de manera inimitable.
Niza es más que una ciudad; es una experiencia.
Sus vibrantes colores, su ritmo de vida relajado y su indiscutible encanto te invitan a sumergirte en su espíritu y a vivir la vie Niçoise.
Saint-Tropez
Continuando nuestro viaje, llegamos a la vibrante ciudad de Saint-Tropez, conocida por sus playas de arena blanca, sus lujosos yates y su vida nocturna animada.
Explora las estrechas calles del casco antiguo, llenas de tiendas de moda y cafés con encanto. Disfruta de un día de sol en alguna de las playas más exclusivas de la región, donde el azul intenso del mar contrasta con el blanco resplandeciente de las arenas
Pasea por el puerto y admira los extravagantes barcos que se encuentran atracados.
Marseille
No podemos olvidarnos de Marseille, la segunda ciudad más grande de Francia y uno de los puertos más importantes del Mediterráneo, es una joya por descubrir.
Con su larga historia que se remonta a la antigua Grecia, su vibrante escena cultural y sus impresionantes paisajes naturales, Marsella es un lugar de contrastes y sorpresas.
Nuestro recorrido comienza en el Vieux-Port, el corazón de Marsella. Es aquí, entre los barcos de pesca y los yates de lujo, donde se puede disfrutar de un café matutino o probar el famoso bouillabaisse, la sopa de pescado típica de la región. El puerto está dominado por dos fuertes: Fort Saint-Nicolas y Fort Saint-Jean, que marcan la entrada al puerto.
La monumental basílica de Notre-Dame de la Garde en lo alto de la colina, desde donde se puede obtener la mejor vista panorámica de la ciudad.
El colorido barrio de Le Panier, con sus calles estrechas y empinadas, es un testimonio de la rica historia de Marsella. Es aquí donde los colonos griegos fundaron la ciudad hace más de 2.600 años. Hoy en día, está lleno de tiendas de artesanía, cafeterías y murales que reflejan su espíritu bohemio y artístico.
Para los amantes del arte, el Museo de las Civilizaciones de Europa y el Mediterráneo (MuCEM) es una parada obligatoria. Su diseño moderno y atrevido es un contraste fascinante con los edificios históricos que lo rodean, y sus exposiciones ofrecen un profundo análisis de la cultura mediterránea.
Finalmente, la belleza natural de Marsella se puede apreciar en toda su magnitud en el Parc national des Calanques (Parque Nacional de las Calanques). Este impresionante paisaje de acantilados de piedra caliza y aguas turquesas es perfecto para el senderismo, la escalada o simplemente para un día de picnic al sol.
La región de Provence-Alpes-Côte d’Azur es famosa por su vibrante escena gastronómica, influenciada por la cocina mediterránea. Aquí hay algunas delicias locales que deberías probar:
- Bouillabaisse: Originaria de Marsella, esta sopa de pescado es un plato tradicional de la Provenza. Se sirve con una variedad de pescados y mariscos locales, patatas, y a menudo se acompaña de rouille, una salsa de pimiento rojo y ajo.
- Ratatouille: Este guiso de verduras es típico de la región y suele contener berenjenas, calabacín, pimientos, tomates y cebolla, todos cocinados en aceite de oliva.
- Tapenade: Esta es una pasta de aceitunas negras, alcaparras, anchoas y aceite de oliva, que a menudo se sirve con pan de campo como aperitivo.
- Salade Niçoise: Originaria de Niza, esta ensalada fresca y saludable suele contener atún, huevos duros, tomates, aceitunas negras y anchoas.
- Calissons d’Aix: Estos dulces pequeños y en forma de almendra, hechos de pasta de melón y almendras molidas cubiertas de glaseado real, son una especialidad de Aix-en-Provence.
- Socca: Este es un tipo de panqueque de garbanzo que es una especialidad de Niza.
- Vinos de la Provenza: La Provenza es famosa por sus vinos rosados, pero también produce vinos tintos y blancos. Los vinos de las regiones de Côtes de Provence, Bandol y Bellet son especialmente apreciados.
- Pissaladière: Esta es una especie de pizza provenzal, con una base de pan cubierta con cebollas caramelizadas, anchoas y aceitunas negras.
- Anchoïade: Este es un paté de anchoas, ajo y aceite de oliva, que a menudo se sirve con crudités o pan como aperitivo.
- Daube Provençale: Este es un estofado de ternera, cocinado a fuego lento con vino tinto, naranja y hierbas de la Provenza.